La Luna sí tiene rotación.
Equivocadamente interpretamos el hecho de que la Luna presente siempre la misma cara hacia la Tierra como falta de rotación en torno a su eje. Sin embargo, precisamente su rotación, que ocurre en el mismo tiempo que la traslación en torno a la Tierra, es la que permite este fenómeno.
Esto puede ser comprobado fácilmente con el siguiente ejercicio: dos personas hagan el papel de la Tierra y la Luna; la persona que sea la Luna deberá girar en torno a la “Tierra” pero siempre viendo a ésta. Al concluir la vuelta alrededor de la Tierra, habrá tenido que girar sobre si misma. Si en el mismo ejercicio iluminamos a ambas personas desde un punto, podremos reconocer como las fases de la Luna son el resultado del cambio de visibilidad de la cara iluminada al trasladarse nuestro satélite en torno a la Tierra.
Antonio Sánchez Ibarra/101 Preguntas Sobre Astronomía
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